Entre 1568 y 1569 vivió con su familia en Basilea, en casa de su amigo Marcos Pérez, rico comerciante sevillano judeoconverso, que tenía negocios en casi toda Europa. Marcos le prestó ayuda y hospitalidad, además de apoyarle en las diferentes defensas que Casiodoro tuvo que llevar a cabo. Fue en Basilea donde se pudo imprimir la Biblia del Oso, en 1569.
El rey Felipe II había puesto precio a su cabeza, como se puede leer en una carta del gobernador de Amberes a la regente de los Países Bajos. Además fue acechado por todas partes por los esbirros de la Inquisición como sospechoso de herejía, entre otras acusaciones.
El 19 de Enero de 1571, el Consejo Supremo de la Inquisición se enteró de que la Biblia en romance se había impreso en Basilea y ordenó la recogida de todos los ejemplares que se descubrieran
En medio de todos estos avatares, regresó a Londres y en 1579 el arzobispo de Canterbury le declaró libre de todas las acusaciones de herejía y conducta inmoral.
Ya libre de sospechas, pudo pastorear otra congregación en la ciudad de Francfort, donde organizó una obra social para ayudar a los inmigrados, que se mantuvo activa por lo menos dos siglos más.
Casiodoro de Reina fue llamado a la presencia del Señor en Francfort el 15 de Marzo de 1594, en la paz de su hogar y rodeado de su amada esposa y sus cinco hijos.
La Inquisición lo había quemado en esfinge, al igual que ocurrió con Cipriano de Valera. por ausente en un auto de fe celebrado el 28 de Abril de 1562, en Sevilla. Julianillo, en cambio, fue delatado, encarcelado y presentado ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Después de habérsele desarticulado muchos de sus huesos, fue quemado vivo en Sevilla el 22 de Diciembre de 1560, mientras cantaba a su Señor.
Carmen Aparicio
(Fuente: Revista “Esculpiendo la Historia”, editada por el Ayuntamiento de Santiponce como homenaje a Casiodoro de Reina en el 500 aniversario de su nacimiento).
