«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo,»
1 Pedro 5:6 LBLA
Humillarse, en este caso, podría ser, que le des la gloria a Dios cuando los hombres te la den a ti. O también, que cuando le den la gloria a otro cuando realmente la mereces tú, seas humilde, es decir, te aguantes, des la gloria a Dios y esperes que, en su momento, Dios te exalte a ti.
No peleemos por una gloria efímera, que se quedará aquí, peleemos por esa gloria que nos llevaremos a la eternidad. Es la que cuenta.
Que Dios os bendiga