"Los que esperan en el señor...levantarán alas como las águilas.." Isaías 40:31

ARTÍCULO DE LA SEMANA

¿Cómo puedo saber que Dios me escucha?

 

Toda aquella persona que busca a Dios debe tener presente que Él es un Gran Comunicador, de hecho, nos ha creado porque quería tener cerca intercomunicadores, esto es: criaturas que pudieran ser el objeto de Su Gran amor. Ésta es la razón por la cual nos ha creado a Su imagen y semejanza, para que pudiéramos comprender, o captar en cierta medida, lo que Él siente y piensa.

A través del salmista David, Dios dice de Sí mismo que es un Dios cercano: “Cercano está Jehová a todos los que le invocan”. Entonces, sólo tenemos que hacer la prueba y buscarle de corazón, porque invocar significa llamar con la intención de ser oído.

Si tienes la oportunidad de estar cerca de una persona que habla con Dios con frecuencia, te darás cuenta de que su lenguaje está lleno de expresiones de fe y confianza en Dios. Seguro que podrá contarte un montón de experiencias de oraciones y peticiones respondidas.

La verdad es que Dios siempre escucha y, lo que es aún más grande, siempre contesta. Su respuesta puede ser un sí, un no o un espera. La mayor oportunidad que se nos suele presentar para invocar a Dios es la necesidad, la prueba o el apuro de ver que nosotros solos no podemos resolver la situación o el problema en el que estamos. Cuando llegamos a ese punto, algo dentro de nosotros se debilita y sentimos la necesidad de buscar a Dios, como un niño busca a su padre.

Por eso, el Señor nos regala otra promesa en el libro de los Salmos: “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”.Esta frase es también del salmista David, del gran rey y poeta de Israel. Este hombre metió la pata hasta el fondo teniendo relaciones con una mujer que no era la suya y, además, ordenando que matasen a su marido para disimular su pecado. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, invocó a Dios con todo su corazón, se arrepintió y descubrió que podía ser perdonado y restaurado completamente.

Si quieres conocer por ti mismo estas promesas de Dios, pero no tienes una Biblia, puedes pedirnos una y te la haremos llegar gratuitamente.

Carmen Aparicio

 

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