¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad?
La palabra Navidad, es la abreviatura de otra palabra más antigua: Natividad, que ahora está en desuso, a excepción del nombre propio femenino. Por su parte, la palabra Natividad viene de la unión de tres palabras latinas: nati – vita – tae. Esta frase quiere decir: “nace la vida para ti”.
Por lo tanto, encontramos el verdadero sentido de la Navidad, a través del nombre que los antiguos le dieron a este acontecimiento. La palabra en sí ya nos lo dice todo. El nacimiento del niño Jesús en un establo, en Belén de Judea fue el principio de una nueva vida para todo aquel que creyese que esa criatura era el Hijo de Dios que decidió hacerse hombre y vivir entre los hombres para después dar Su vida voluntariamente y así pagar el precio por nuestros pecados.
Ese niño creció y dijo de sí mismo frases como estas: “Yo he venido para que tengáis vida y vida en abundancia”; “El que cree en mí, tiene vida eterna”; “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Entonces podemos decir que la Navidad no tiene sentido si no recordamos lo que ocurrió en aquel establo ni pensamos en aquel que, siendo el Rey de los cielos, durmió en un humilde pesebre.
Hay estrellas en las decoraciones navideñas porque una estrella, quizás un cometa, destacó en el firmamento y llamó la atención de unos magos que recorrieron cientos de kilómetros siguiendo su rastro hasta que la estrella se detuvo donde estaba el Niño.
Se entregan regalos en esta fiesta porque los sabios o magos llevaron presentes al Niño. Le regalaron oro porque era un Rey, incienso porque era un Sacerdote y mirra porque era el Salvador que iba a ser sacrificado en rescate por la humanidad.
Desgraciadamente, se han añadido muchas otras decoraciones y costumbres diversas a la celebración de este acontecimiento que confunden y opacan su verdadero significado pero, menos mal, que ¡¡aún nos queda el nombre: Navidad, Natividad, “nati – vita – tae”!!
Te animamos a que te pongas en contacto con nosotros para que podamos regalarte una Biblia y así puedas conocer, de primera mano, la verdadera historia de la Navidad.
Carmen Aparicio