Estamos en invierno y esto hace que podamos resfriarnos o contraer algún virus; además, el coronavirus ya ha colocado a España en el cuarto lugar entre los países europeos afectados por este virus tan contagioso. Es normal que los ciudadanos se alarmen debido al incremento de casos día a día.
También en estos momentos, la Palabra de Dios nos trae ayuda, consuelo y fe. El Salmo 91 contiene palabras de esperanza para aquellos que hemos decidido refugiarnos en el Dios Todopoderoso:
“El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Esperanza mía… mi Dios, en quien confiaré. Él te librará… de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro… No temerás pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”.
Es un gran privilegio poder confiar en el cuidado de un Dios paternal y cercano. No obstante, esto no nos hace inmunes a los males que afectan a nuestra sociedad, pues a veces Dios permite circunstancias que ponen a prueba nuestra fe. De hecho, ya existen casos de personas que tienen fe en Dios y una relación personal con Él, pero han sido infectadas con el coronavirus.
Para ellos también el Salmo 91 tiene palabras de consuelo y esperanza:
“Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación”.
La Biblia contiene un mensaje vivo y poderoso, que no sólo imparte conocimientos a nuestra mente, sino que también trae consuelo y sanidad a nuestra alma, así como a nuestro cuerpo. En momentos de extrema necesidad, no hay mejor recurso que acudir a Dios y contarle todo lo que nos ocurre.
Yo lo hago de forma constante y ¡¡te aseguro que funciona!!
Carmen Aparicio
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