Dios habló a Moisés que preparase dos trompetas de plata para convocar al pueblo de Israel y darle instrucciones para moverse o para entrar en batalla. Nosotros acabamos de empezar un año nuevo y sabemos, por lo que vivimos el año pasado, que el enemigo está a las puertas de nuestras casas y de la iglesia.
Vamos a apartarnos para buscar a Dios y escuchar Su voz porque necesitamos nuevas estrategias y soluciones para las necesidades que nos van surgiendo en el día a día, como individuos, como familias y como iglesia.
Necesitamos acercarnos a Dios para escucharle y para hablarle, sabiendo que no podremos avanzar si no entramos en una nueva dimensión de comunicación con Él. El itinerario y el plan de trabajo están sobre la mesa de Dios y nosotros necesitamos acceder a esa información si queremos llegar a alguna parte y si queremos edificar nuestras vidas y la de nuestra iglesia de acuerdo al proyecto de Dios.
En el libro de Números: “Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos” (10:9). Es decir, que las trompetas no eran sólo una señal de aviso para el pueblo, también eran un aviso para Dios, el Cual se comprometía a acordarse de ellos y socorrerlos en su necesidad.
Cada uno de nosotros, como Sus hijos somos esos sacerdotes que tocamos la trompeta para avisarnos unos a otros y para avisar a Dios de que estamos en una necesidad y debemos reunirnos y comunicarnos con Él.
Terminemos recordando que las trompetas eran de plata, que se debe refinar al fuego. También eran dadas forma con un martillo, que representa la Palabra de Dios, la cual nos moldea para que cumplamos la labor que nos ha sido encomendada.
Carmen Aparicio
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