La palabra adviento viene del término latino ”adventum”, que significa “llegada” y hace referencia a la promesa del Señor cuando dijo: “He aquí Yo vengo pronto”.
El adviento nos informa de que Dios entra en escena en el mundo de los hombres. Nos avisa de que nuestro Rey está a punto de llegar y debemos prepararnos para darle la bienvenida. Nos recuerda que Jesús vino a darse a conocer. Él ya vino una vez a nosotros y para ello se hizo pequeño y pobre, sin embargo, quiso hacernos ricos, con Su presencia y Su influencia. Su llegada fue anunciada por una estrella que brilló intensamente en el firmamento, desplazándose desde horizontes lejanos hasta el establo de Belén, donde se encontraba el pequeño Rey, “envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Su llegada fue también anunciada por los ángeles, que irrumpieron en el humilde hogar de una doncella llamada María, en el taller de José, el carpintero, y también en la noche fría de los campos de Belén, donde se encontraban los pastores velando sus rebaños.
El adviento también nos habla de aquel día en que Cristo vuelva, cuando sólo brillará Su luz. Dios dijo que vendría, y vino. Aunque no se le esperaba, vino a habitar entre los hombres. No había sitio para Él, pero llegó cumpliendo Su promesa y ciento nueve profecías del Antiguo Testamento. Dijo que volvería y, aunque muchos no le esperen, volverá.
Ahora más que nunca, es tiempo de prepararnos para Su llegada, porque Su segunda venida está ya muy cerca. Las piezas del rompecabezas de la Historia de la Humanidad ya van encajando, cada una en su lugar y en su momento. El hecho de que muchos no lo crean, no va a impedir su regreso. ¡¡“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”!!
Carmen Aparicio
(La increíble historia de la Navidad está relatada en los evangelios. Si tú quieres leerla, pero no tienes una Biblia, ponte en contacto con nosotros y te entregaremos un ejemplar gratuitamente)
