Para poder amar a Dios por encima de todas las cosas y personas es necesario que el Espíritu de Dios irrumpa en la vida carnal:
“ Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios ” Juan: 3:5 – RVR1960
El agua es la Palabra de Dios que limpia el pecado cuando la creemos y la ponemos en practica. Es entonces cuando ocurre el milagro del nuevo nacimiento: el Espíritu de Dios crea en nosotros un nuevo ser, espiritualmente motivado y despierto para obedecer y amar a Dios!!
Bendiciones,
Carmen Aparicio