Veamos al apóstol Pablo, después de casi tres años preso por causa del Evangelio, viajando en barco hacia Roma para ser juzgado por el Cesar:
“diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas“. Hch .27:10 RVR1960
Corría el año 59 d.C. y el apóstol tuvo que navegar mas de 3.000 kms, pero Dios estaba presente y no estaba callado. La voz de Dios puso una impresión en su corazón y él supo en su espíritu que se avecinaba un peligro inminente. Demos gracias a Dios de poder contar con esa vía de comunicación que es exclusiva para los que Él creemos.
¡¡Que Dios os bendiga!!
Carmen Aparicio