1 Corintios 13:3: “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve,” LBLA.
La Palabra nos habla de la preeminencia del amor. La benevolencia y el autosacrificio no nos sirven si no entregamos el alma. Es en nuestro espíritu donde Dios ha derramado el amor verdadero y nuestra alma es el canal para manifestarlo.
¡¡Hoy podemos vivir, sentir y manifestar ese amor que nace de un corazoón transformado!!
Feliz y bendecida semana!!
Carmen Aparicio