HABLA CON ÉL

El poeta Antonio Machado escribió la que llegó a ser una de sus frases más famosas: “Se hace camino al andar”.

Los primeros discípulos de Jesús eran llamados “los del Camino” porque decían que Jesús era el camino y seguían sus pisadas. Nosotras también hoy en día somos “las del Camino” y a mí me anima saber y experimentar que no sólo le sigo, sino que también voy con El. Mi vida y tu vida son un camino hacia El y con El.

Me encanta salir a andar con mi marido porque durante el camino puedo hablar con él libremente, nadie me escucha aparte de él. Aprovecho este momento agradable y tranquilo para comunicarme, para hablarle y escucharle. Hemos descubierto que esto es una de las mejores formas de afianzar nuestra relación y se ha convertido en uno de los mejores momentos del día.

A la vez he descubierto que caminar con Jesús y aprovechar el tiempo de este camino para hablar con El y disfrutar de Su presencia es la experiencia más gratificante que puedo tener en la vida. Hay muchos momentos en el día cuando mi mente está ocupada con muchas cosas, pero también reconozco que hay muchos otros en los que mi mente está lo suficientemente tranquila para aprovechar a charlar con Jesús. Practicando este tipo de conversación estoy aprendiendo a conocerle. Puedo ver que le encanta tener detalles conmigo a través de los cuales me responde a cosas que yo le he pedido o preguntado.

A veces no le veo en las circunstancias que me toca vivir o no siento Su presencia manifiesta, pero siempre me ocurre que después de un tiempo me doy cuenta de cómo me estaba esperando a la vuelta del camino.

Si la vida cristiana es una experiencia maravillosa, el poder recorrer este camino conversando con Dios se convierte en algo apasionante porque nuestro Señor es un ser extraordinariamente especial, original, creativo y detallista. No te pierdas la oportunidad de hablar con El mientras vas por el camino. Si así lo haces, descubrirás que tu vida cristiana deja de ser aburrida y monótona. Abrirás los ojos a una realidad nueva, diferente y apasionante: El está contigo cada día de tu vida y no está callado. Podrás decir con los dos discípulos que iban a Emaús: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras” (Lc.24:32)

Carmen Aparicio.