Tenemos ante nosotros todo un año lleno de oportunidades para vivir y disfrutar de lo que somos y de lo que Dios nos ha dado. Es cierto que no todo lo que nos rodea es de nuestro agrado, pero también es muy cierto que nuestra actitud hacia lo que nos rodea es fundamental. Los obstáculos y dificultades se pueden convertir en plataformas y retos para mejorar.
Opino que la mejor forma de empezar un año es mirar atrás para aprender de los errores e intentar mejorar y, también, mirar hacia delante para coger fuerzas ante lo que nos espera. También es bueno buscar buenos compañeros de viaje, en la medida de lo posible. Hay gente que no nos va a ayudar y que tampoco se quiere dejar ayudar por nosotros. También hay gente que puede sorprendernos y convertirse en los mejores compañeros de viaje.
Hay Alguien que tiene la capacidad de abrirnos camino donde las dificultades nos lo han cerrado y que nos promete Su fiel ayuda cada día, cada hora. Lo bueno de Él es que es el Único capaz de cambiar corazones, tanto el nuestro como los de aquellos que forman parte de nuestra vida.
Yo, este año, he decidido caminar a Su lado y dejarme enseñar por Él. A cambio, mi Ayudador me ha prometido que “¡¡Su bien y Su misericordia me seguirán todos los días de mi vida!!”. Esta realidad de Su compañía y Su presencia me han dado fuerzas e ilusión para emprender la marcha, a pesar de todo y de todos, a pesar de mí misma.
Yo te animo a que no camines sin rumbo ni objetivos. Hoy es un buen día para decidir hacia dónde ir y con quién comenzar el camino.
¡¡Feliz Año Nuevo!!
Carmen Aparicio
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